Cómo influye la persistencia transaccional en la coherencia del modelo de dominio
La persistencia transaccional influye de manera decisiva en la coherencia del modelo de dominio, especialmente en arquitecturas basadas en Domain-Driven Design (DDD). Su principal función es garantizar que todas las operaciones que afectan a un agregado (la unidad de consistencia y transacción en DDD) se completen de forma atómica: o bien todas tienen éxito y se confirman (commit), o bien, si ocurre un error, todas se revierten (rollback).
Esto significa que la coherencia transaccional asegura que el estado del agregado se mantenga válido y consistente al final de cada acción empresarial, protegiendo las invariantes y reglas de negocio definidas en el modelo de dominio[1][2]. Por ejemplo, si un pedido debe cumplir ciertas condiciones para ser confirmado, la transacción garantiza que todos los cambios relacionados (como la actualización de inventario y el registro del pago) se realicen correctamente o ninguno se aplique, evitando estados intermedios inválidos.
En sistemas distribuidos o con fragmentación de bases de datos, mantener la coherencia puede ser más complejo. Se emplean técnicas como transacciones distribuidas (por ejemplo, el protocolo Two-Phase Commit) o patrones como Saga, que dividen la operación global en varias transacciones locales coordinadas, cada una con acciones de compensación en caso de fallo[4]. Estas estrategias permiten mantener la coherencia del dominio incluso cuando las operaciones afectan a múltiples agregados o servicios.
En resumen, la persistencia transaccional es clave para que el modelo de dominio conserve su integridad, garantizando que las reglas y comportamientos definidos en los agregados no se vean comprometidos por fallos parciales o inconsistencias en la persistencia de los datos.